El pasado mes de abril se cumplieron 90 años del Levantamiento de Pascua, aquel acontecimiento histórico al que ya nos hemos referido varias veces en este blog (1, 2 y 3) y donde podemos encontrar la semilla de la actual República de Irlanda. Con este motivo, este año, 2.500 soldados irlandeses desfilaron por el centro de la capital (desde el Castillo de Dublín hasta la calle O’Connell, escenario de la insurrección que se conmemora), ante la presencia de la Presidenta Mary McAleese, el Taoiseach Bertie Ahern y las principales autoridades de la República irlandesa, acompañados por más de cien mil ciudadanos. Dentro del programa de actos, se dio lectura en la Central de Correos, emulando a Padráic Pearse, al manifiesto de Proclamación de la República (que costó la vida a sus firmantes), se depositaron flores en el patio de la prisión de Kilmainham donde fueron fusilados los líderes de la sublevación y se invitó a los actos especialmente a los hijos y descendientes de los héroes de 1916. (Podéis ver las fotos del acontecimiento en la web del primer ministro irlandés). En definitiva, se siguió lo que marca habitualmente el protocolo de celebración de la Fiesta Nacional en casi todos los estados del mundo. Lo que resulta extraño es que esta conmemoración no se viniera celebrando en Irlanda en las últimas décadas. Al menos por las instancias oficiales, porque organizaciones republicanas como el Sinn Féin sí realizaban sus convocatorias. ¿Por qué el Gobierno irlandés recupera ahora la memoria de 1916? Noventa años no es un aniversario tan redondo…
El primer ministro Ahern, líder del Fianna Fáil (autodenominado como Partido Republicano), consideró el acto de este año como un homenaje a “la gente que nos dio nuestra libertad, nuestra independencia, nuestra autodeterminación y todo lo que tenemos hoy y todo lo que necesitamos en el futuro”. Sin embargo, en los últimos cerca de cuarenta años, no sólo las autoridades no conmemoraban esta fecha, sino que prohibían toda celebración. Gerry Adams, presidente del Sinn Féin, precisamente ha recordado cómo se llegó a arrestar en una ocasión a la hija de James Connolly, una mujer de avanzada edad, “por atreverse a hacer lo que los republicanos irlandeses nunca han dejado de hacer, homenajear a un patriota muerto”. Adams felicitó al Gobierno de Dublín por rectificar y por recuperar la celebración del Levantamiento de Pascua, pero le criticó que centrara el protagonismo en un desfile militar, olvidando los principios de la Proclamación de la República de 1916, que, a su juicio, todavía no han cristalizado (refiriéndose al bienestar social, la igualdad, la defensa de los intereses nacionales frente a las grandes corporaciones multinacionales, la promoción del antirracismo y la interculturalidad, etc.).
Cuando estallaron en el norte de Irlanda los Disturbios, a partir de 1969, mientras se desataba la violencia sectaria y se cometían cotidianamente atentados tanto por parte de las bandas lealistas como por parte del IRA, las autoridades de Dublín decidieron olvidar 1916, para evitar que cualquier homenaje a los héroes del Levantamiento de Pascua pudiera ser considerado por los unionistas y por los británicos como una apología de la violencia. A fin de cuentas, el IRA Provisional, que actuaba en los ’70 como ‘ejército defensor’ de la comunidad católica/nacionalista en los Seis Condados del Ulster, se consideraba continuador de los Voluntarios Irlandeses que tomaron Correos en 1916 y del IRA que derrotó a los ingleses en la guerra de independencia. Por eso, el Gobierno irlandés llegó a prohibir los actos conmemorativos de ese acontecimiento histórico, para evitar que pudiera ser utilizado en su favor por el IRA y el movimiento republicano que entonces se estaba reorganizando en torno a él.
¿Por qué ahora sí se puede (y no sólo se puede, sino que el propio Gobierno se pone a la cabeza de la manifestación)?. Pues porque el proceso de paz ha colocado al Sinn Féin como la principal fuerza en crecimiento al sur de la cicatriz que divide la isla. Las encuestas le auguran un 10% de los votos y tal vez pasar de cinco a catorce escaños en el Dáil (Parlamento irlandés) en las elecciones de 2007. El auge del Sinn Féin supone una clara amenaza a la hegemonia del Fianna Fáil en lo que se denomina el ‘electorado republicano’. Con la descarada intención de neutralizar ese ascenso, Bertie Ahern se ha envuelto en la bandera republicana tratando, de forma bastante hipócrita, de apropiarse de la memoria de 1916. Sin embargo, los analistas coinciden en que nadie puede superar en republicanismo al partido de Gerry Adams y que intentar hacer eso, como pretende hacer el Fianna Fáil, sería un grave error. Paradójicamente, la experiencia nos dice que el Sinn Féin logra sus mejores resultados cuando pone el acento en los problemas sociales y económicos cotidianos. La campaña electoral está servida.
Estoy creando un blog, y querría saber donde se ponen las categorías, los títulos del menú y todo eso. Muchas gracias.Por cierto, muy interesnate el blog.
Hace 10 años estuve viviendo en Irlanda, me conozco practicamente Irlanda muy bien.
No hay día en mi vida que me acuerde de aquel maravilloso país y que desde entoce está en mi corazón.
Desde entoncés cuando puedo subo y me hago una subida a la Isla, para estar con mi gente a la cual conozco.
Intercambiamos también opiniones y al final llegamos a hablar sobre toda la política que se esta llevando en Irlanda de el Norte.
Me gustaría que algún día y espero antes de morirme llegar a ver una Irlanda unida.
Me gustaría recibir todo lo relacionado a Irlanda.
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