La Reina de Inglaterra, Isabel II, desde el pasado martes está visitando Irlanda del Norte (los Seis Condados del Ulster todavía bajo dominio británico). Ayer, miércoles día 19, se reunió en Belfast con la Presidenta de la República de Irlanda, Mary McAleese, durante diez minutos y en privado. Al finalizar la entrevista, la Presidenta anunció que Isabel II visitará la República de Irlanda una vez que Londres haya completado la transferencia de las competencias de Justicia e Interior al Gobierno autónomo norirlandés. «Ese día está muy próximo», opinó la Presidenta McAleese en referencia al esperado e histórico viaje de la Reina a Irlanda. «Sabemos que todo depende de que se complete la devolución, que confiamos en que suceda pronto”.
Sin duda, vincular la visita de la reina inglesa a Dublín al desbloqueo de la transferencia de Justicia e Interior refuerza la posición de los partidos nacionalistas y republicanos en pleno desacuerdo entre los partidos norirlandeses sobre la fecha de la citada transferencia. Recordemos que en los Acuerdos de Saint Andrews se acordó el plazo de mayo de 2008, pero que ahora los unionistas lo han retrasado sin die, probablemente por razones partidistas, en plena pelea sucesoria tras la dimisión anunciada por su líder Ian Paisley.
El traspaso de poderes de Justicia e Interior al gobierno de Stormont es visto como la última cuestión pendiente del largo proceso de paz norirlandés. «Cuando se haga, cuando se complete la devolución –resaltó la Presidenta McAleese- creo que todo es posible. Sabemos que Su Majestad desea visitarnos y nosotros queremos que venga».
El encuentro entre ambas jefas de Estado, el séptimo, ha servido, además, para analizar la situación de la provincia cuando se cumplen diez años de la firma del acuerdo de paz de Viernes Santo (1998). «Las dos hablamos de que, en Irlanda del Norte, se viven tiempos milagrosos. Ambas somos muy optimistas respecto a la situación y coincidimos en que, en el pasado, en otras reuniones, habíamos deseado y rezado por que así fuera. Ahora podemos disfrutarlo», añadió McAleese.
También destacó que las relaciones entre Irlanda y el Reino Unido son ahora «las mejores en siglos», pues existe «calidez, amistad, confianza y respeto mutuo». No siempre fue así, sobre todo después de la muerte del tío de la Reina, Louis Mounbatten, asesinado por el Ejército Republicano Irlandés (IRA) en el condado irlandés de Sligo en 1979, lo que contribuyó a deteriorar las relaciones de la familia real británica con el sur de la isla.
La visita de Isabel II a la República de Irlanda sería un acontecimiento histórico, ya que ningún monarca británico ha estado en el sur de la isla desde que Jorge V visitase Dublín en 1911, diez años antes de la creación del Estado Libre irlandés, el precursor de la actual República de Irlanda, formada en 1948.
No obstante, las visitas de Carlos de Inglaterra y del duque de Edimburgo a Dublín en los últimos años, que se desarrollaron sin incidentes, fueron vistas como actos preparatorios para un posible viaje de Isabel II.
Tres días en el Norte
La reina Isabel II y su marido, el duque de Edimburgo, están realizando una visita de tres días al Norte de Irlanda, a escasas semanas de la celebración del décimo aniversario de los Acuerdos de Viernes Santo que significaron la paz entre los católicos y protestantes en esa parte de la isla.
El momento más importante de la visita se produce hoy jueves, cuando la monarca asiste a un tradicional servicio religioso de Jueves Santo, que data del siglo XII, en la catedral de San Patricio en Armagh. La misa estará oficiada por el arzobispo anglicano Alan Harper, pero también participarán en él mandatarios religiosos de otras confesiones. Será la primera vez que un acto de este tipo se celebre en la ciudad histórica de Armagh, sede a la vez de los arzobispos católicos y anglicanos.
Está bien que anuncie el viaje a Dublín por anticipado. Así da tiempo a evacuar la ciudad, incluso el país… Bromas aparte,aunque esta señora y su patulea me resulten más bien antipáticos, es una buena forma de apuntar la normalidad. Lástima que ese sentido común no se le pasara por la cabeza a sus ancestros siglos atrás.
Un abrazo.
Siempre desde la distancia (como escribo sobre Irlanda y Gran Bretaña, que no los conozco personalmente) me parece un acto de lo más normal. Dos países con una historia común (es verdad que, en gran parte, fue una historia de ocupación y colonización de Irlanda) deben normalizar sus relaciones y debe ser un paso firme hacia la normalización y pacificación, en especial en el Norte. Si los representantes del Sur (incuida la Presidenta o miembros del Gobierno) pueden ir al Norte a reivindicar sus posturas políticas, también la Jefe de Estado del Reino Unido puede ir a Irlanda del Norte. Espero que su intención sea la de apoyar firmemente el proceso de paz y normalización y que sirva para dar impulso a los sectores comprometidos con una solución justa y duradera.
En mi opinión, más le vale a la reina apoyar el proceso de paz, porque, no queremos una Irlanda sumida de nuevo en el caos de los atentados. Por otra parte, no critico el hecho de que Isabel II vaya, y creo que es mejor que Irlanda y el Reino Unido tengan buenas relaciones, aunque sin olvidar lo que los ingleses les hicieron en el pasado; confío en en que no lo hagan. Un saludo!
La reina inglesa se puede quedar en su tierra hasta que devuelve lo que sus antepasados nos robaron. Nos tuvieron sumido en la miseria durante 700 años e intentaron matarnos inventando su propio estilo de ‘huelga de hambre’ en el siglo 18. Para terminar nos quitaron hasta nuestra idioma a guantazos. Que se quemen en el infierno todos ellos.
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