Sobre el naufragio de la Armada Invencible

La Historia nos ofrece bastantes lazos de relación entre Irlanda y España. Uno de ellos, fundamental durante la Edad Moderna, es el que se deriva de la existencia de un enemigo común, Inglaterra, la pérfida Albión. Las andanzas de la frustrada Armada Invencible, hundida en las costas de Irlanda, dio lugar a todo tipo de leyendas y revisiones románticas. ¿Son de origen español los irlandeses de pelo moreno (de Galway especialmente)?, ¿y los de apellido Spain? Miquel Silvestre rastrea la verdad histórica en un artículo publicado el pasado 7 de septiembre en los diarios del Grupo Vocento. Os recomiendo también la glosa sobre este artículo que ha realizado nuestra amiga Carmen Leal en su blog Mujerárbol.
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Historias del naufragio de la Armada Invencible
Miquel Silvestre

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Entre el 16 de septiembre y el 26 de octubre de 1588 unos veinticinco navíos de la Armada Invencible se hundieron en la costa irlandesa cuando regresaban del desastroso intento de conquistar Inglaterra. Aunque lo de Invencible fue un añadido posterior cuya irónica paternidad corresponde al almirante Lord Howard de Effingham. Humor británico aparte, la realidad es que jamás se había visto una fuerza similar. En mayo zarparon de Lisboa 130 barcos con 30.000 hombres procedentes de los mejores tercios de Flandes.

Don Álvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz, fue quien primero inoculó la idea en la mente de Felipe II, aspirante al trono inglés por su matrimonio con María Tudor, hija de Enrique VIII. El resto del trabajo lo hizo el papa Sixto V. Cualquier inconveniente se superaba con el incontestable argumento religioso. «Dios está con nosotros».

Todavía hoy los irlandeses atribuyen a tan trágica epopeya algunos mitos nacionales, como los «black irish», nativos morenos por la mezcla de sangre española. En Cairncastle, Irlanda del Norte, hay un raro y viejo nogal en un cementerio, dicen que nació de la semilla que un náufrago allí enterrado llevaba en el bolsillo. Irlanda es el país de las fábulas, no en vano es un país de poco más de tres millones de habitantes que tiene cuatro premios Nobel de literatura. ¿Hay algo de cierto en tanta leyenda de pub?

El camino de Cuéllar

En la Biblioteca Nacional de Dublín existe una gran cantidad de literatura sobre los naufragios de la «Spanish Armada». Un nombre aparece repetidamente: Francisco de Cuéllar, capitán del San Pedro, náufrago en Sligo, quien escribiera su aventura y retratara la vida local mucho antes de que lo hiciera el costumbrismo irónico y cruel de Jonathan Swift.

En Crange, un pueblecito situado al norte de Sligo, encuentro una señal: Spanish Armada. The Cuellar’s Trail. Lleva hasta la playa de Streedagh Strand. Es un paisaje desolado e inmenso. No hay un solo árbol bajo el que cobijarse. Subo un pequeño alto de arena y desde allí contemplo el océano Atlántico con los montes de Donegal como fondo. Hay un pequeño monumento de piedra en forma de barco. Una placa recuerda el naufragio de La Juliana, La Lavia y la Santa María de Visón.

En el Bed and Breakfast Mount Edward Lodge pregunto si saben algo de los españoles. La dueña me enseña un libro. Es la carta de Francisco de Cuéllar publicada en Londres en 1885. El manuscrito permaneció escondido trescientos años en la Real Academia de la Historia. En 1884 lo rescató el Capitán Cesáreo Fernández Duro y desde entonces ha sido objeto de constantes reediciones anglosajonas.

De 1.200 hombres que viajaban con Cuéllar sobrevivirían apenas 300. Fueron inmediatamente despojados de cuanto tenían. Él mismo sería herido y desnudado por los nativos. Aun así, tuvo suerte. La región estaba infestada de soldados ingleses. Temerosos de que los españoles alentaran una rebelión, las órdenes eran matarlos allí donde los encontraran y castigar con la misma suerte a cualquiera que les cobijara.

En el pub local los jóvenes no saben nada, pero un irlandés mayor recuerda la historia de Pedro Blanco, quien fuera guardaespaldas de Hugh O’Neall, Conde de Tyrone, uno de los pocos aliados que encontraron los españoles. Un descendiente suyo, Owen Roe O’Neill serviría años después en el Regimiento Irlandés del Ejército Español de Flandes.

Rumbo al Norte

Cuéllar describió a los nativos como paupérrimos salvajes. «Su naturaleza es la de bestias en medio de las montañas». «Viven en chozas de paja y duermen en el suelo». A pesar de la religión común que les trajera San Patricio en el año 432, es lógico imaginar que una población tan pobre viera en los ricos españoles un inesperado regalo. Cuéllar escapó de Crange hacia Castletown, al Este, buscando la protección de O’Rourke de Leitrim, caudillo local que acogió a los españoles y pagaría su delito con la vida. Fue ahorcado en Londres en 1590.

Recuperado de sus heridas, nuestro capitán marchó hacia el norte bordeando el Lago Melvin que separa los condados de Leitrim, Donegal y Fermanagh. En Kilmohere encuentro un dibujo en la pared de un pub que narra en términos de un nacionalismo encendido la defensa que hizo el español del Castillo de Rosclogher, perteneciente al clan de los MacClancy.

Entro en el local para preguntar cómo llegar hasta allí. Uno de los clientes conoce la historia y añade que más tarde se escribió otro libro que embelleció los hechos. Sospecho que se refiere al romanticismo del XIX que pintó un cuadro amable en el que los españoles fueron socorridos por los nativos, enemigos a muerte de la reina inglesa.

Pero la historia real nunca es bella. Diez mil españoles perecieron en Irlanda, bien ahogados, bien en la soga, bien a hierro. Veinticuatro hombres a bordo del Nuestra Señora del Socorro se rindieron en la bahía de Tralee; fueron inmediatamente ahorcados. En el Condado de Mayo, un mercenario escocés llamado McLaughlan asesinó a 80 extenuados náufragos. 72 supervivientes más fueron ejecutados en la ciudad de Galway. Matanzas semejantes tuvieron lugar en las islas de Mutton y Clare. En Donegal, 560 hombres a las órdenes de Alonso de Luzón se toparon con una columna de caballería. Tras varios enfrentamientos, les prometieron seguridad si se rendían. Los masacraron en cuanto entregaron las armas.

Encuentro una señal escondida por la maleza. Sigo la senda embarrada y llego hasta un promontorio sobre el lago. Desde ahí diviso las ruinas de Rosclogher sobre una pequeña isla. Allí, Francisco de Cuéllar se hizo fuerte con ocho compañeros. Los ingleses se apostaron a la orilla y colgaron a dos españoles para atemorizarlos. Los defensores decidieron morir antes que rendirse. Resistieron 17 días hasta que los ingleses se retiraron. Agradecido por la defensa de su castillo, MacClancy ofreció en matrimonio su propia hija al capitán. La novia no debió gustarle mucho pues el 4 de enero escapó rumbo a la costa de Antrim, donde esperaba embarcar hacia la independiente Escocia.

Naufragio del Gerona

En Portrush, Irlanda del Norte, condado de Antrim, está el impresionante castillo de Dunluce. Colgada sobre un acantilado, la fortaleza parece inexpugnable. Al otro lado de la carretera están las ruinas de la iglesia de Cuthbert’s. Se supone que ahí está enterrado el bravo Alonso Martínez de Leyva, capitán de La Rata Encoronada, quien después de naufragar en el condado de Mayo mantuvo unidos a 600 españoles en territorio enemigo. El Gobernador de Connacht, Richard Bingham, quien tan eficaz se había mostrado en las ejecuciones de náufragos desarmados, rehusó el enfrentamiento.

Leyva acampó cerca de la bahía de Killybegs durante nueve días, hasta que apareció el maltrecho Gerona. El barco fue reparado y a mediados de octubre zarpó con 1.300 hombres. Un vendaval castigó el sobrecargado navío, hundiéndolo en Lacada Point, en el turístico Giant’s Causeway, cerca de Dunluce Castle. Fue el último barco español hundido en Irlanda. La leyenda cuenta que sólo nueve sobrevivieron. Sus restos se descubrieron en 1966 y descansan hoy en el Ulster Museum de Belfast.

Cuéllar llegaría poco después de este desastre y daría cuenta de él en su carta. También contó que durante su estancia «socializó» con algunas mujeres locales, lo que quizá podría explicar algo del mito de los «black irish». Con la ayuda del Obispo de Derry, escapó a Escocia y de ahí a Holanda. No fue el final de sus penalidades. Su barco fue bombardeado por los holandeses en cuanto lo avistaron. Otra vez náufrago. Además, doscientos setenta españoles fueron asesinados ante sus ojos antes de que pudiera ponerse a salvo y escribir su carta a Felipe II.

Poco más al este de Dunluce, en Dunseverick hay otro castillo en ruinas. Pregunto a los viejos si conocen dónde están enterrados los españoles del Gerona. Claro que lo saben. La fosa común dista apenas dos millas. El camino indicado lleva hasta un montón de piedras. Las ruinas están dentro de un campo vallado. Llamo a la puerta de la granja más cercana. Abre una mujer. Le explico que soy español y que he venido buscando las tumbas de mis compatriotas muertos hace cuatrocientos años. Sonríe y me señala los restos de una iglesia. «Están allí».

Ha salido brevemente el sol. Las lápidas resisten pacientes las inclemencias del tiempo. Asomadas al océano, custodiadas por suaves y verdes colinas, se desgastan poco a poco bajo la lluvia. No hay visitantes, ni curiosos, ni turistas, sólo el silencio infinito de una eternidad circular y unas vacas que rumian sin prisa. No hay pruebas de que sean tumbas españolas. Tal vez todo sea otra brumosa leyenda de pub, pero delante de mí se agita en su profundo y cruel azul la más grande mortaja que contemplaran los siglos. Descansen en paz los desdichados héroes de la Invencible.

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16 respuestas a Sobre el naufragio de la Armada Invencible

  1. Alejandro dijo:

    Buenas, Chesús, la verdad es que por problemas informáticos he estado sin internet un tiempo, pero ya vuelvo a tenerlo, así que me tengo que poner al día jejeje. Por cierto, en Galway, existe una lápida dentro del cementerio dedicada a la armada invencible que estuve visitando, y la verdad es que está muy bien, y muestra el respeto que los irlandeses tienen por los cuerpos de los difuntos, ya que esos españoles llegaron a la costa arrastrados por la marea, y los ciudadanos de Galway le dieron cristiana sepultura

  2. 39escalones dijo:

    Impresionante, magnífico.
    Un abrazo

  3. Shennandoah dijo:

    Los datos que aporta Miquel Silvestre son coincidentes con el libro «IRELAND: THE GRAVEYARD OF THE SPANISH ARMADA» que, esencialmente, entre otros, viene a deshacer muchos de los supuestos mitos de arraigo español en el oeste de Irlanda.
    Efectivamente, en general, fue más que salvaje la cacería de que fueron objeto los españoles que no se ahogaron y que consiguieron llegar a la orilla de las costas irlandesas.
    Ello no obsta (la cruda realidad de este hechos concreto) para que la atracción que subsiste entre ambos pueblos no pueda, en general, sino ser constatable.
    ¿Reminiscencias de los ascendientes íberos que llegaron a poblar, también, tanto Irlanda como el resto de las islas británicas?

    Best Greetings

  4. Andie dijo:

    Dia dhuit, Chesús. Bueno, es un artículo excelente, y lleno de misterio también.
    La verdad es que siempre supe que los españoles teníamos una estrecha relación con los irlandeses, y yo como persona de Galicia me siento incluida por completo. En mi casa opinan que debo de tener raíces irlandesas, porque cada vez se asombran más de mi gran admiración por ese país.
    En fin, cuando vaya a Galway este verano pienso preguntar a la gente sobre esto, ya te contaré.
    Saludos,
    Andrea.

  5. Un artículo interesantísimo, así como la selección de texto de mujerárbol. Hace unos años, cuando se hicieron aquellas famosas exposiciones sobre Felipe II, en la del Escorial había una parte dedicada al desastre de la Armada Invencible. Y parece ser que no fue tan grave en cuanto a las pérdida reales de barcos, etc, sino al enorme efecto desmoralizador que tuvo y que los ingleses, claro está, supieron explotar. Saludos cordiales.

  6. Efectivamente, lo de la «Invencible» fue invento inglés para aumentar su victoria.

    Lo que no cuentan es como la invasión de Carlos de Amésquita llevada a cabo en 1595 desembarcando 400 soldados de los Tercios que llegaron a Mount, Cornualles.

    Las milicias inglesas que aglutinaban a varios miles de hombres, y que eran la piedra angular de la defensa inglesa en caso de invasión de tropas españolas, arrojaron las armas y huyeron presas del pánico.

    Los españoles tomaron todo lo que necesitaban y quemaron las localidades de Mousehole, Paul, Newlyn y todos los pueblos de los alrededores.

    Al final del día, celebraron una tradicional misa católica en suelo inglés, embarcaron de nuevo, arrojaron a todos los prisioneros por la borda, hundieron una embarcación de la Royal Navy que les había dado alcance y regresaron a España sin novedad, tras esquivar una flota de guerra al mando de Francis Drake y John Hawkins que había sido enviada para expulsarlos.

  7. Andie dijo:

    Lo que me parece horrible es la cantidad de ahorcamientos que los ingleses llevaron a cabo, me parece la cosa más salvaje que se puede hacer con un ejército totalmente indefenso!
    Porque tanto lo hicieron con los españoles como con los irlandeses. Mi profesor de inglés me dijo que en el siglo XIX en Irlanda, los ingleses te colgaban sólo por llevar un trébol, pues según ellos, era símbolo de rebeldía y contrario a su «estimada» reina.
    En fin, creo que tampoco españoles ni irlandeses podremos olvidar jamás lo que nos hicieron; es lo que opino.
    Slán go fóill!

  8. Lo de la Armada Invencible dejó rastros no sólo en Irlanda, sino también en la isla de Man, donde existe todavía un islote rocoso llamado «Spanish Head». También recuerdo haber visto en una ocasión un monumento erigido en la costa oeste irlandesa en memoria de los náufragos, con la inscripción «Sólo Dios podía haberlos salvado» en gaélico y en castellano. En cuanto a lo de los «black irish», puede ser que algo de genética ibérica haya por ahí (también los japoneses dejaron descendencia en Sevilla), pero no debemos olvidar que el tipo que solemos identificar con lo «tipicamente irlandés» (rubio o pelirrojo, pecoso, etc.) es debido más bien a la mezcla con los pueblos escandinavos, lo cual es especialmente visible si cabe en Escocia. Los morenos, en definitiva, no eran tan raros en Irlanda.
    En cuanto a lo que «ni españoles ni irlandeses podremos olvidar jamás lo que nos hicieron», de acuerdo, pero tampoco debemos olvidar que los españoles actuaron de un modo muy parecido a los ingleses con las tribus amerindias, por ejemplo, o en Flandes, sin ir más lejos y por remitirnos a la misma época que asistió al desastre de la Armada.
    Chesús, a ver si un día nos cuentas algo sobre el exilio irlandés en la Península Ibérica y el «Colegio de Irlandeses» de Santiago de Compostela, que aun hoy existe y en el que Manuel Murguía descubrió una copia del «Leabhar Gabhala na Eireann» que constituyó el origen del mito celtista en Galicia.
    Un saludo y gracias por este artículo tan estupendo!

  9. Miquel Silvestre dijo:

    Irlandeses en la Guerra Civil Española:

    La Guerra Civil atrajo extranjeros de todo el mundo, irlandeses incluidos. Algunos, como el capitán Charles Mc Guinness, lo hicieron del lado republicano. Aunque las atrocidades anticlericales que contempló éste voluntario del IRA enfriaron rápidamente su fervor. Esta tradicional devoción religiosa hizo que el mayor número de irlandeses luchara del lado de los rebeldes.

    El llamado Tercio Irlandés, comandado por el general ultracatólico Eoin O´Duffy, vino a España en enero de 1937 para unirse a los requetés sin apenas armas, pertrechos ni uniformes. Tras cinco meses de pesadilla en las trincheras, los 700 voluntarios regresaron a Irlanda dejando atrás 16 muertos enterrados en tierra española.

  10. Mati dijo:

    Como veo que sois aficionados a la historia os recomiendo un libro «neutral» sobre la actuación de españoles en América esctrito por el académico frances Jean Dupont: «La hora de Dios en America» os sorprenderá por muchos y diferentes motivos.

    Yo ando buscando datos de Alonso de Leyva naufrago en Irlanda. Si sabéis algo os lo agradeceré.

    Saludos

  11. Pingback: ‘Gaélico, un idioma mítico’ « Innisfree

  12. PEDRO RODAS dijo:

    ENCONTRADA PARTE DE· CLA ARMADA INVENCIBLE ENJH ECUADOR…Urgente

  13. PEDRO RODAS dijo:

    ENCONTRADA PARTE DE· LA ARMADA INVENCIBLE EN ECUADOR…Urgente.

    Las familias Peres de Guzmamjnj y Zuñiga de los Monteros del nRey abundan en la sureña provincia del Azuay

  14. jordi dijo:

    No puedo mas que reirme al leer los comentarios de los españoles recordando
    las atrocidades de los ingleses y buscando similitudes con los irlandeses.
    Habeis olvidado las atrocidades que habeis cometido durante siglos en vuestras colonias que eso si tiene similitud con los ingleses.

  15. Jordi, no tienes ni idea, yo sí que no puedo dejar de reirme de tu comentario , incluso cuatro años después de que lo dejaras. Tu comentario es de Leyenda Negra, escrito precisamente un doce de octubre. De todas formas mereces saber que cualquier parecido entre la colonización católica española y la protestante inglesa es pura coincidencia, te invito a conocer la historia de Fort Mose, para que puedas captar las diferencias entre ambos estilos de colonia en una zona de frontera común de los dos imperios (indígenas y esclavos negros salían huyendo de las colonias británicas para ir a la Florida española). Por otra parte son los irlandeses los que más recuerdan a la Armada, no los españoles. Te dejo una maravillosa obra de arte irlandesa en recuerdo de aquellos héroes:

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