‘Ecce puer’, poema de James Joyce

poema de Joyce

.

ECCE PUER

James Joyce

Del oscuro pasado
Nace un niño;
De gozo y de pesar
Mi corazón se desgarra.

Tranquila en su cuna
La vida yace.
¡Que el amor y la piedad
Abran sus ojos!

Joven vida se exhala
Sobre el cristal;
El mundo que no era
Se llena de existencia.

Un niño duerme:
Un anciano ha partido.
¡Oh padre abandonado
Perdona a tu hijo!

.

ECCE PUER

James Joyce

Of the dark past
A child is born;
With joy and grief
My heart is torn.

Calm in his cradle
The living lies.
May love and mercy
Unclose his eyes!

Young life is breathed
On the glass;
The world that was not
Comes to pass.

A child is sleeping:
An old man gone.
O, father forsaken,
Forgive your son!

.

[La imagen es de Roger Cummiskey y es un precioso homenaje a Joyce que me ha proporcionado Chary Panés].

[La traducción al español es de José Antonio Álvarez Amorós (Joyce, James, Poesía completa, Col. Visor de Poesía, Ed. Visor Libros, Madrid, 2007)].

Contexto: Este poema fue compuesto por Joyce en circunstancias muy especiales. Según señala una nota del editor en el libro citado, su padre John Joyce falleció el 29 de diciembre de 1931 y durante el mes de febrero del siguiente año, su hija Lucia Anna hubo de ser internada en una casa de salud a causa de su desequilibrio mental. Tales desgracias sólo fueron parcialmente aliviadas por el nacimiento de su nieto Stephen James Joyce el 15 de febrero de 1932 y en este día Joyce escribió esta composición que refleja los sentimientos a que dio lugar la contemplación del pequeño en su cuna. El título recuerda, naturalmente, las palabras de Pilatos «Ecce Homo» refiriéndose a Jesús (Juan, 19,5).

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3 respuestas a ‘Ecce puer’, poema de James Joyce

  1. Dana Andrews dijo:

    Maravilloso poema qie cobra sentido con la historia del contexto. Un buen regalo el que nos haces hoy, sobretodo, a los afines de la poesía.

  2. Frank dijo:

    Aquí aguardo,otro Dedalus,en la quimera del océano
    poético.Siempre vives en el rincón de la cuchara
    de bronce donde la luz es sombra en continuo estar.
    Tú,quietud; tú,libertad en ningun dominio,quisiste
    que ningun renglón fuera tan semejante,que mis ojos
    fueran de color azul y bermellón.A tí,amigo, James
    porque los surcos son más felices a nuestro antojo.
    También Dedalus te espera.Seguidor.

  3. Pingback: El hombre que fue un libro | félix molina

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