Detrás de todo genocidio siempre hay un criminal. O varios. Tras la muerte de un millón de irlandeses a mediados del siglo XIX y la condena de tantos otros al éxodo, se encuentra un parásito cuya plaga acabó con la cosecha de la patata provocando la Gran Hambruna en Irlanda. Ahora se ha descubierto el genoma de este parásito, el Phytophthora infestans, que en la actualidad sigue atacando las cosechas en diversos países. Lo contaba el otro día el diario Público, de Madrid. Este parásito es el asesino, pero ¿no había ningún otro responsable? Evidentemente sí. La pasividad de los sucesivos gobiernos británicos permitió y provocó el genocidio del pueblo irlandés, un auténtico holocausto (una web habla de ello). El propio Tony Blair como Primer Ministro llegó a pedir perdón en 1997. Hoy hablamos del parásito de la patata y otro día ya hablaremos de los otros parásitos genocidas.
El secreto genético de la hambruna
Un estudio secuencia el genoma de un parásito que mató a un millón de personas y desencadenó el éxodo irlandés a América
Nuño Domínguez (Público, 9/09/09)
Era 1845 en Irlanda y ningún agricultor había visto nada igual. Lo que comenzó con unas pequeñas manchas en las hojas de las patatas se convirtió en una implacable plaga capaz de acabar con la cosecha de todo un año en tan sólo unas semanas. Así comenzó la gran hambruna irlandesa, que se llevó por delante las vidas de un millón de personas y desencadenó la gran migración que daría a este pueblo su identidad de eterno exiliado. El responsable fue un hongo microscópico llamado P. infestans, tal vez el parásito agrícola que más daño causa al hombre. Unos 150 años después de la gran hambruna, la plaga sigue provocando miles de millones de euros en pérdidas en todo el mundo porque no hay fungicida al que no consiga sobreponerse. Hasta ahora, nadie sabía muy bien por qué. Ahora, la secuenciación de su genoma desvela a un ser tan cambiante que es capaz de superar casi cualquier obstáculo.
«Este patógeno tiene una extraordinaria habilidad para adaptarse, y eso es lo que le hace tan peligroso», señala Chad Nusbaum, un investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts que ha encabezado el proyecto de secuenciación.
Esa capacidad para adaptarse ha otorgado al P.infestans una ventaja histórica. El parásito desembarcó en Europa desde EEUU, donde había llegado a bordo de otra planta traída por un botánico desde México, explica Eduardo Moralejo, investigador del CSIC. Cuando entró en Irlanda en 1845, las patatas, pilar fundamental de la dieta, estaban completamente indefensas ante su ataque. El parásito echó a perder tres cosechas consecutivas y, entre muertes y migración, dejó a Irlanda sin un cuarto de su población.
Pesadilla de agricultores
Desde hace 20 años, nuevas clases del parásito han resurgido con fuerza y es aún la pesadilla de todo agricultor que cultive patatas, especialmente en los climas húmedos que le favorecen. «Golpea donde se cultivan patatas y es un gran problema en el Reino Unido, el oeste de Europa y América Central», detalla Zoe Dunford, otra de las autoras del estudio. Este año ha vuelto a causar una de las peores cosechas que se recuerdan en Irlanda. En la UE, el parásito supone unos 1.000 millones de euros en gastos y pérdidas cada año.
Los detalles genéticos del P. infestans, descritos hoy en Nature, desvelan un organismo más emparentado con la malaria que con el resto de los hongos. Su éxito radica en el extraordinario tamaño de su genoma, dos veces mayor que el de otras especies similares, y más complejo incluso que el de la mosca de la fruta. Gran parte de ese genoma es ADN repetido. Este material se consideraba inservible, pero el análisis ha desvelado que estas regiones son claves para que el parásito tenga siempre los genes que necesita para infectar a sus huéspedes. «El ADN repetido cambia muy rápido y aporta la materia prima para crear y destruir genes claves», explica Nusbaum. «Es casi imposible que las plantas puedan resistirse», detalla.
La secuenciación de su genoma abre ahora una nueva vía para analizar mejor al parásito y averiguar cómo atajarlo. La solución final dependerá de poder aplicar esa información a las características genéticas del huésped y crear así una patata capaz de resistir los embates del aciago P. infestans, concluye Moralejo.
La plaga ataca en Irlanda y EEUU
Más de 150 años después de la gran hambruna que marcó un capítulo clave en la historia de Irlanda, su principal responsable ha vuelto a los campos del país. Una nueva variedad del parásito P. infestans ha causado este año una de las peores plagas que se recuerdan, según el Irish Independent. Los agricultores afrontan un 30% más de gastos en fungicidas y señalan que esta variedad es más resistente a estos productos que en años anteriores. El parásito, que también ataca al tomate, está causando asimismo daños graves en EEUU. La plaga se ha extendido por el noroeste del país en tan sólo unos días, según The New York Times. Los expertos señalan que 2009 es un año especialmente aciago, pues las fuertes lluvias, las temperaturas moderadas del verano y la alta humedad están favoreciendo la expansión del hongo.
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Hola. Coloco el enlace al articulo de Nature (septiembre 2009): http://www.nature.com/nature/journal/v461/n7262/full/nature08358.html, allí está toda la información.
Si chesús, me quedo con tu encabezado más que con la nota de Nuño Domínguez, los únicos responsables son los ingleses.
La explicación de la hambruna se pude relatar en pocas palabras. El producto alimenticio principal del campesinado irlandés era la patata, todos los demás productos agrícolas, los créales y el ganado eran vendidos para pagar la renta del terrateniente, el valor ordinario de la cosecha anual de la patata era aproximadamente de veinte millones de libras en dinero ingles; en 1848, en medio del hambre, el valor de los productos agrícolas en irlanda fue de 44.958.120 libras; en aquel año, toda la cosecha de patata fue un fracaso (la comida del trabajador) y el hambre se atribuye placidamente a este hecho, cuando sin embargo estas cifras prueban que había suficiente alimento para dar de comer al doble de la población, claro si las leyes de la sociedad capitalista fuesen derogadas y los derechos humanos elevados a su posición debida. Entre el pueblo irlandes hay una dicho comun que dice: “la providencia envió la roya de la patata, pero Inglaterra creo el hambre”
Claro , ¡seguro que sólo fue la papa (patata)¡. La realidad dura y fea es que al gobierno inglés no le importaban los irlandeses y por eso no prestó atención a las señales de lo que venía. Por algo Tony Blair pidió perdón.