El concurso de la RTÉ para elegir, mediante votos telefónicos y sms de los teleespectadores, al Mayor Irlandés de la Historia ya tiene ganador: el político norirlandés John Hume. Antiguo líder del SDLP (nacionalista moderado), Hume desbrozó el camino al proceso de paz con sus conversaciones secretas con Gerry Adams (líder del Sinn Féin, brazo político del IRA) y, tras el Acuerdo de Viernes Santo, fue galardonado en 1998 con el Premio Nobel de la Paz (compartido con el líder unionista David Trimble).
Hume ganó a Michael Collins (que quedó segundo), Mary Robinson (tercera), James Connolly (cuarto) y el cantante Bono (quinto). A priori parecía que el favorito podía ser Collins (figura histórica, reactualizada por la película de 1996 protagonizada por Liam Neeson), aunque no se descartaba que Bono, el líder de U2, pudiera dar la sorpresa. Dado que los cuatro primeros han sido políticos, es inevitable hacer una lectura política de este resultado.
Recordemos que Michael Collins es uno de los padres de la Irlanda contemporánea, junto con Eamon de Valera. Ambas figuras encarnan los dos bandos en que se dividió el nacionalismo irlandés durante la guerra civil de 1920. Los seguidores de Collins crearon el partido Fine Gael (antirrepublicano en origen, el partido del orden, democristiano actualmente) y De Valera fundó Fianna Fáil (republicano, más progresista al principio, más liberal ahora). ¿Podrían consentir los seguidores del Fianna Fáil que Collins ganara semejante galardón? Sorprende que ningún político de FF, hegemónico en los últimos ochenta años, haya logrado entrar en la final, pero sorprende menos que los partidarios del FF hayan optado por votar a John Hume. Siempre ha habido buenas relaciones entre FF y el SDLP y resultaba el mejor candidato para competir con Collins en la final.
Por su parte, lo previsible sería que los seguidores de Fine Gael se volcaran con su líder histórico Michael Collins, los laboristas se inclinaran por la laborista Mary Robinson, que fue Presidenta de la República y Alta Comisaria de la ONU para los Derechos Humanos, y que el Sinn Féin y otros partidos republicanos y de izquierda hicieran campaña por el histórico sindicalista James Connolly, uno de los héroes de 1916 y padre del socialismo republicano irlandés (esto es, el nacionalismo de izquierda).
Supongo que esta lectura exclusivamente política no explica el comportamiento de todos los votantes en este programa concurso de la RTÉ, pero, no obstante, encaja perfectamente con la correlación de fuerzas actual en el Parlamento de la República de Irlanda: 1) Fianna Fáil; 2) Fine Gael; 3) Labour; 4) Sinn Féin. Es cierto que las encuestas ahora hablan de vuelco y de que el Partido Laborista se haría con la primera plaza, adelantando al Fine Gael y enviando al gubernamental Fianna Fáil al tercer lugar, pero esas expectativas no concuerdan con el orden final de Ireland’s Greatest.
Tampoco podemos valorar si desde el Norte (desde la comunidad nacionalista del Norte, obviamente) se ha participado mucho o poco en el concurso. Probablemente John Hume haya recibido un buen empujón por parte de sus vecinos.
Bueno, estoy escuchando ahora Springhill mining disaster (U2) y no puedo sino esbozar una sonrisa por el resultado de Bono (pesea que me gusta alguna de sus canciones) , todo lo contrario con el resultado de Connolly, quedar por debajo de Collins me parece de pena, pero bueno, el «pueblo» ha hablado…y a veces el Pueblo tiene mala memoria.
Hume, pues bueno, no comparto su posición, pero al menos ha sido una figura relevante en el devenir de Irlanda.
Personalmente, no soy muy seguidor de este tipo de concursos, pero sin duda, creo que (desde mi conocimiento limitado de la realidad irlandesa) John Hume era uno de los favoritos. El camino emprendido en su día por este político norirlandés ha dado su fruto, es verdad que igual de importantes fueron las aportaciones de otros sectores del Norte. Pero el hecho de que Hume haya ganado el concurso me parece que se debe a que los irlandeses/as dan su visto bueno al proceso de paz y a los resultados conseguidos. Así que ZORIONAK, JOHN!