El caso de Brendan Lillis, el preso enfermo de Maghaberry

El proceso de normalización política no está exento de sobresaltos. Tras los virulentos ataques lealistas en Belfast y el retorno de los disturbios sectarios a las calles en torno a las celebraciones orangistas del Doce de Julio, ahora la estabilidad parece depender de la salud y la vida de un preso. Se trata de un antiguo preso republicano, Brendan Lillis, que ha regresado a prisión por orden del Gobierno británico, a pesar de encontrarse gravemente enfermo, lo que ha provocado una intensa campaña de las diferentes organizaciones nacionalistas y republicanas reclamando su liberación inmediata por razones humanitarias.

Brendan Lillis, vecino de Belfast Oeste, fue condenado en 1977 a cadena perpetua por su pertenencia al IRA y por posesión de explosivos. Salió de prisión en 1992 en libertad condicional. Sin embargo, hace dos años fue detenido en relación con un robo, por lo que el Secretario de Estado británico para Irlanda del Norte, Shaun Woodward, revocó su excarcelación condicionada, obligándole a cumplir su condena anterior, de la que le quedaban aún quince años.

Lillis, a sus 59 años, se encuentra muy enfermo, aquejado de una artritis muy severa denominada espondilitis anquilosante, una dolencia autoinmune reumática que provoca fuertes dolores y rigidez paulatina de las articulaciones. En su caso, la enfermedad se ha desarrollado en su columna vertebral, produciéndole la soldadura de las vértebras.

Brendan Lillis ha pasado los últimos dos años encamado en la enfermería de la prisión de Maghaberry y su salud se ha deteriorado enormemente debido a sucesivas infecciones y tratamientos que han afectado a su sistema inmunológico causándole problemas digestivos. En la actualidad Lillis pesa alrededor de 35 kilos y los médicos han advertido esta misma semana que es posible que muera de forma inmediata.

A pesar de que los jueces el pasado año decidieron que estaba demasiado enfermo como para ser juzgado por el robo del que se le acusa, el tribunal del que depende su libertad ha decidido mantenerlo en prisión hasta el cumplimiento de su condena.

A lo largo del mes de julio diferentes colectivos han organizado actividades para denunciar la situación de Lillis. Entre los participantes se encuentra su pareja, Roisin Lynch, quien realizó la semana pasada una huelga de hambre de cuatro días junto a grupos en Derry y Belfast, y que expresó su desencanto y enfado por la decisión de mantener a Lillis en la cárcel pese a lo avanzado de su enfermedad.

«Han rechazado su petición porque creen que aún es un peligro para la gente. Deberían considerar su situación, los aspectos médicos del caso…», apuntó Lynch, que fue la encargada de notificar la decisión a Lillis. «Me encontré con él y se lo dije. Está destrozado, no puede aceptarlo», dijo.

El Sinn Féin de Gerry Adams, antiguo brazo político del IRA y actualmente partido de gobierno en el norte de Irlanda, así como otros partidos como el Sinn Féin Republicano y Éirigí, llevan exigiendo la liberación de Lillis desde hace meses.

Paul Maskey, diputado de Sinn Féin en Westminster por Belfast Oeste, ha exigido al ministro de Justicia norirlandés, David Ford, que considere su liberación por «razones humanitarias».

Por su parte, Breandan Mac Cionnaith, portavoz del partido republicano-socialista Éirigí, ha denunciado que la situación de Lillis está causada precisamente por la capacidad que se ha reservado el secretario de Estado británico para encarcelar a aquellos presos que se encuentran en libertad condicional.

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