Ya se conocen los resultados del escrutinio. Los irlandeses han ratificado el Tratado europeo de Estabilidad con un 59,3% de votos a favor (unas 955.000 personas), frente a un 39,7% en contra (unos 629.000). Sin duda, el miedo a no poder contar con nuevos fondos de rescate europeos para salir de la crisis financiera si se hubiera rechazado el Tratado ha terminado pesando más en la voluntad de los irlandeses que la resistencia ciudadana a las durísimas políticas de ajuste que viven tras haber sido rescatado el país por el BCE y el FMI en noviembre de 2010. Eso sí, la participación ha sido bajísima, de apenas el 50,5%. La mitad de los irlandeses no se han sentido concernidos por este referéndum.
Entre otras lecturas que pueden hacerse de los resultados, cabe destacar que partidos como el Sinn Féin y, en menor medida, la minoritaria United Left Alliance, que sumaron un 12,5% de los votos en las legislativas de febrero del año pasado, han conseguido ahora movilizar para el No casi al 40% de los electores. El triunfo del No en los barrios obreros muestra un eventual trasvase de voto del Labour (que gobierna con el conservador Fine Gael) hacia el Sinn Féin, tal como vienen pronosticando las encuestas (que sitúan al partido de Gerry Adams como segunda fuerza con un 24% de apoyo).
El Sí ha ganado en todos los distritos electorales de la República de Irlanda, con la excepción de los dos distritos del condado de Donegal (Donegal Sudoeste y Donegal Noreste, de gran tradición republicana) y, en la conurbación capitalina, Dublín Noroeste, Dublín Sudoeste y Dublín Sur-central. Cinco marchas rojas en un mapa teñido casi por completo de azul, tal como refleja el escrutinio el Irish Times. También es de destacar que el líder laborista Eamon Gilmore habría salido personalmente reforzado al conseguir que en su circunscripción, Dún Laoghaire, el Tratado obtuviera uno de los mayores porcentajes de apoyo (74,2%).
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