Rotas las conversaciones entre DUP y SF en Stormont

SinnFein710A pesar del mensaje optimista que había transmitido el ministro británico para Irlanda del Norte, a escasas horas de finalizar el plazo se da por hecho el fracaso de las negociaciones para formar un nuevo gobierno en Stormont. Ya ayer la líder del Sinn Féin en el Norte, Michelle O’Neill, declaró que «este proceso de negociaciones ha agotado su recorrido. El Sinn Féin no va a apoyar mañana ningún nombramiento para presidente de la Asamblea ni cargo en el Ejecutivo». Dado que es preciso el acuerdo entre los dos partidos más votados, el unionista DUP y el nacionalista SF, pueden darse las negociaciones por rotas. Los republicanos han acusado al Partido Demócrata Unionista, una organización de perfil ultrarreligioso protestante, de negarse a negociar en domingo por motivos religiosos, a pesar de haber hecho alguna excepción durante anteriores procesos negociadores.

Entre los escollos para conformar un gobierno de poder compartido podemos enumerar el escándalo de las primas a las energías renovables (el SF reclama una investigación independiente y que, mientras dure, Arlene Foster se aparte del cargo de primera ministra), el legado del pasado o la revisión del conflicto (el SF quiere que se esclarezcan los crímenes cometidos por las fuerzas armadas o de seguridad británicas y no solo los perpetrados por las bandas paramilitares lealistas o republicanas) y el reconocimiento de la lengua irlandesa (el SF exige el cumplimiento de lo recogido en el Acuerdo de Viernes Santo en esta materia, que los unionistas desprecian). Los republicanos han advertido que nada volverá a ser como antes: «El DUP vive en el paraíso de los locos si cree que puede volver sin más al Gobierno».

La sesión inaugural de la Asamblea de Irlanda del Norte prevista en Stormont para las 4 de esta tarde previsiblemente será desconvocada al no haberse alcanzado un acuerdo. El Gobierno británico tiene ahora dos opciones: convocar unas nuevas elecciones anticipadas, aunque se acaban de celebrar unas el pasado 2 de marzo, o ganar tiempo de algún modo para intentar que los dos partidos antagonistas alcancen un acuerdo. Mientras tanto, los funcionarios se harán cargo de que siga funcionando la maquinaria de la Administración norirlandesa.

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