
Las líderes del DUP, Arlene Foster, y del Sinn Féin, Mary Lou McDonald y Michelle O’Neill, durante el funeral de la periodista Lyra McKee
Los primeros ministros de Irlanda y el Reino Unido, Leo Varadkar y Theresa May, respectivamente, anunciaron ayer viernes que los partidos norirlandeses iniciarán una nueva ronda de conversaciones para restaurar el Gobierno de poder compartido, suspendido desde enero de 2017, según informa la agencia EFE. En un comunicado conjunto, ambos jefes de gobierno indicaron que el asesinato, la pasada semana, de la periodista Lyra McKee a manos del grupo terrorista Nuevo IRA generó «un rechazo generalizado de la violencia» y constató el deseo de que las formaciones norirlandesas efectúen «progresos políticos». «Entendemos la complejidad de las preocupaciones subyacentes de todos los partidos y la necesidad de renovar la confianza, el respeto mutuo, la generosidad y un nuevo enfoque para resolver la cuestiones», señalaron Varadkar y May en la nota.
El viceprimer ministro irlandés y titular irlandés Exteriores, Simon Coveney, y su colega británica para Irlanda del Norte, Karen Bradley, ofrecieron ayer en Belfast más detalles sobre la conversaciones multipartitas, que podrían comenzar en dos semanas. Londres y Dublín han intentando desde hace dos años, sin éxito, acercar las posiciones de las formaciones para restaurar el Ejecutivo autónomo de poder compartido y las instituciones salidas del acuerdo del Viernes Santo, el texto que el 10 de abril de 1998 puso fin a casi tres décadas de conflicto.
El Gobierno de Belfast cayó en enero de 2017 y May convocó dos meses después unas elecciones anticipadas que confirmaron al Partido Democrático Unionista (DUP) y al Sinn Féin como los principales representantes de sus respectivas comunidades, la unionista/protestante y la nacionalista/católica.
Ambas formaciones mantienen diferencias sobre el asunto de la lengua gaélica pues los nacionalistas quieren que se redacte una ley específica para protegerla, mientras los unionistas prefieren incluir este asunto en una legislación cultural más general, que contemple también aspectos relacionados con la identidad unionista. Asimismo, el Sinn Féin -antiguo brazo político del ya inactivo IRA- pide cambios en la política social y de defensa de las minorías del gobierno regional y aboga, entre otros asuntos, por la legalización del matrimonio homosexual, al que se opone el ultraconservador DUP, socio del Gobierno británico. También discrepan respecto al legado del pasado conflicto en Irlanda del Norte y los mecanismos para asistir a las víctimas e investigar los crímenes cometidos tanto por los paramilitares de ambos bandos como por las fuerzas de seguridad durante ese periodo.
No obstante, la muerte de McKee ha unido a casi toda la sociedad norirlandesa y a sus líderes políticos, después de meses de tensiones por la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), defendida por el DUP y rechazada por el Sinn Féin. Líderes comunitarios han advertido de que la división creada por el «brexit» y el vacío de poder en Belfast podrían dar alas a los disidentes republicanos, que buscan el fin del proceso de paz y de reconciliación creando inseguridad en la región.