Shane MacGowan ya es inmortal

La imagen del punk céltico, con su dentadura inverosímil y su voz desgarrada y fiestera, el legendario Shane MacGowan, el líder de The Pogues, entró el pasado jueves en la inmortalidad. Nos deja su voz, sus canciones y su historia. Shane go bragh!

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El artista irlandés Shane MacGowan, cantante de The Pogues, ha fallecido a los 65 años, según ha anunciado este jueves su esposa, Victoria Mary Clarke. “No sé cómo decir esto, así que simplemente lo diré. Shane, quien siempre será la luz a la que me aferro, la medida de mis sueños, el amor de mi vida, un alma bella, un ángel hermoso, el sol y la luna, el inicio y el final, se ha ido con Jesús y María, y su bella madre Therese”, dejó escrito la viuda, según informa El País.

«Con el más profundo dolor y el corazón más apesadumbrado anunciamos el fallecimiento de Shane MacGowan. Shane murió pacíficamente a las 03:00 horas de esta mañana (30 de noviembre de 2023) con su esposa Victoria y su familia a su lado. Se leyeron oraciones y extremaunción que dieron consuelo a su familia», señala una declaración oficial de The Pogues en nombre de su esposa, su padre y su hermana, según informa Europa Press.

El presidente de Irlanda, Michael D. Higgins, ha afirmado que Shane MacGowan será recordado como «uno de los más grandes letristas de la música», según recoge The Irish Independent. El autor de Fairytale of New York llevaba tiempo con problemas de salud y había pasado por la UCI, según recuerda de The Irish Times.

El músico llevaba muriéndose al menos una década, informa Miguel Ezquiaga en El País. Su biografía estuvo atravesada por la adicción a las drogas, el alcohol y una cierta inclinación por la violencia en los bares y fuera de ellos. En Crock of Gold: bebiendo con Shane MacGowanun documental dirigido por Julien Temple y producido por Johnny Depp, el mismo vocalista traía a la memoria una de sus más traumáticas experiencias infantiles: su padre le hacía cantar con seis años sobre la mesa del comedor si había visita en casa. Aquello sucedía de madrugada y, para mantenerse despierto, el chaval daba tientos a sus primeras cervezas Guinness. Después vinieron el alcoholismo, el speed y la heroína, la sonrisa desdentada y la voz rota. Todo ello antes de fundar a principios de los ochenta la banda con la cual gozó de una inesperada fama.

The Pogues aunó por primera vez la música tradicional y el punk. En sus baladas, los instrumentos típicos de la Isla Esmeralda —banjo, armónica, mandolina, acordeón o flauta— destacaban sobre la furia de las guitarras. El sexteto puso banda sonora a una generación de jóvenes irlandeses, de la cual formaban parte, que había abandonado el verdor atlántico por el gris londinense en busca de un futuro mejor. En Thousands Are Sailing (1988), MacGowan rinde homenaje a los compatriotas que emigraron a Estados Unidos a comienzos del siglo XX. “Miles navegan / A través del océano occidental / Hacia una tierra de oportunidades / Que algunos de ellos nunca verán”, cantaba con una costra de tabaco y ginebra vibrando en su garganta. A medida que el éxito del grupo crecía, su líder se hundía cada vez más en el vicio. Solo tres años después, sus compañeros le invitarían a dejar la banda, aunque siguió actuando en solitario.

MacGowan se crio con su hermana, padres, tíos y primos en una granja del condado de Tipperary que ya pertenecía a la familia durante la guerra de la independencia de 1919. Allí aprendió a rezar y a blasfemar, a tocar la guitarra y a odiar a los ingleses, aunque el destino quiso que viviera en Londres la mayor parte de su vida. Las ideas políticas del cantante le granjearon a The Pogues poderosas enemistades en unos años ochenta marcados por los troubles (problemas, disturbios), de las etapas más duras del conflicto norirlandés. Algunas de sus canciones llegaron a censurarse en la televisión británica, lo que no impedía a MacGowan dejarse ver con miembros del Sinn Féin, entonces brazo político del IRA y hoy primera fuerza política de Irlanda del Norte.

Cuando Gerry Adams, histórico líder del partido, fue a reunirse en secreto en el Ulster con Tony Blair, MacGowan mandó a través de él un mensaje al primer ministro: “Dile que Tiocfaidh ár lá [Nuestro día llegará, en irlandés]”Ávido lector de niño, el músico intentó aprender la lengua materna de sus antepasados con manuales que habían sido prohibidos bajo el dominio de la corona. Su curiosidad nunca fue premiada en la escuela, donde ya mostraba la rebeldía punk que le acompañó durante toda su vida, así como un talento para las letras que dejaría patente mucho más tarde en sus canciones. Con solo 13 años ganó el premio literario del tabloide Daily Mirror, y una beca para estudiar en el colegio Westminster, el bastión de las élites tories del que fue expulsado por fumar y trapichear. MacGowan siempre sostuvo que gran parte de su inestabilidad emocional —dos ingresos psiquiátricos incluidos— estuvo relacionada con el exilio en Inglaterra, que decía odiar con todas sus fuerzas.

El cineasta Julien Temple contaba en 2021 a EL PAÍS: “El consumo de estupefacientes alimentó su creatividad, pero castigó irremediablemente su salud”. Una grave rotura de cadera en 2015 postró a MacGowan para siempre en una silla de ruedas, en la que no era capaz de permanecer erguido. Irlanda rindió homenaje a su etílico poeta tres años más tarde, con ocasión de su 60º cumpleaños. El National Concert Hall de Dublín organizó un concierto con Bono (U2), Sinéad O’Connor, Nick Cave o Glen Hansard. En ese acto, el presidente irlandés, Michael D. Higgins, le condecoró con un premio por su trayectoria profesional, no solo como cantante, sino también como músico, compositor y poeta. El artista habría cumplido 66 años el día de Navidad, cuando volverá a sonar con más significado su himno Fairy Tale of New York, interpretado junto a la fallecida Kristy McCall: “Era Nochebuena, nena. En un tanque de borrachos”.

Una vida en un párrafo

Shane Patrick Lysaght MacGowan nació el 25 de diciembre de 1957 en Pembury, Kent, de padres irlandeses. Su padre era nativo de Dublín y su madre era de Tipperary, donde pasó muchos veranos en su juventud. En 1977, MacGowan se convirtió en el vocalista y compositor de The Nipple Erectors, más tarde llamado The Nips, una banda de punk que formó con su entonces novia, Shanne Bradley. Después de que The Nips se separara en 1980, MacGowan pasó a formar The Pogues. Después de abrir para The Clash en su gira de 1984, The Pogues saltó a la fama con éxitos como Dark Streets of London. En su segundo álbum, Rum Sodomy & the Lash, producido por Elvis Costello, se alejaron de las versiones y empezó a vislumbrarse el talento de MacGowan como compositor en canciones como The Old Main Drag. Uno de sus mayores éxitos apareció en su tercer álbum, el dúo Fairytale of New York junto a Kirsty MacColl, que murió a los 41 años en 2000 en un incidente con una moto acuática. Lanzado en 1987, el sencillo alcanzó el número uno en las listas irlandesas durante la Navidad de ese año y el número dos en el Reino Unido. Se convertiría en una constante navideña en Irlanda y el Reino Unido. El paso de MacGowan por The Pogues fue tumultuoso y, de hecho en 1991 fue apartado de la banda por su comportamiento fiestero y errático, aunque volvió en 2001 y hasta 2014, cuando el grupo se separó.

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